Hace casi un mes que las cosas son extrañas. Mis hermanos están en casa y – cosa rara- no salen a ningún sitio. Los primeros días pensé que venían de vacaciones pero parece que no, porque se pasan el día en sus habitaciones estudiando. Mi hermano pequeño, a veces, me deja entrar y sentarme a su lado; mientras hace sus deberes yo hago mis cosas, aunque no puedo evitar interrumpirle para preguntarle cosas y al final, acaba llamando a mi mami para que me saque de su cuarto y me lleve con ella.
Ya os dije que mi mamá me he preparado un espacio reservado para que haga mis necesidades sin salir a la calle. Aún así, mi hermano mediano se empeña en sacarme a pasear todos los días; no entiendo nada porque nunca ha querido acompañarme en mis paseos pero ahora no sólo se empeña en hacerlo sino que siempre acabamos encontrando a una chica muy mona que pasea un enorme pastor alemán por nuestra calle. Cuando se para a saludarla, a mí se me acelera el corazón y ya no puedo hacer popó porque lo único que quiero es salir corriendo hacia casa. Se lo he contado a mi mamá y le ha prohibido a mi hermano que me saque a la calle; él ha intentado convencerme por todo los medios, incluso me ha ofrecido golosinas (y mira que me gustan!) pero lo mal que lo paso cuando veo a ese perro gigante mirarme desde arriba, no me compensa.
Y siento de verdad no acompañarle porque Dora, una amiga de la familia, me ha hecho dos mascarillas muy bonitas para que me las ponga cuando voy a la calle (estaba cansada de ir siempre detrás de mis hermanos para que me dejasen las suyas)
Lo que más me gusta es cuando al atardecer todos salimos al balcón a aplaudir.
Entonces todos estamos contentos y abrazamos a mi mami. Al principio pensaba que aplaudíamos porque era fiesta o algo así pero mis hermanos me explicaron que ese virus que andaba por ahí, estaba enfermando a mucha gente y las personas que trabajaban para cuidar la salud de otros estaba trabajando mucho y muy bien y era a ellos a los que aplaudíamos. Desde entonces soy la que más pendiente está de que llegue la hora del aplauso para salir al balcón y abrazar fuerte a mamá. No os lo había dicho pero mi mami es médico y hay varios médicos y enfermeros más en la familia. Si me hubiesen dejado ir a la universidad, yo también sería doctora, pero ya os conté que no me dejaron. Me emociona y me enorgullece que les aplaudan cada tarde!
Yo nunca dejaré de aplaudir a los sanitarios porque los quiero y los admiro, especialmente a mi mami.
Ladribesos. YO ME QUEDO EN CASA
BOLITA