El perro al que no dejan ladrar y su extraño collar

Ya se lo he dicho a mi mami: ”no quiero que me pongan uno de esos collares de adiestramiento!”

Mi mamá se ha enfadado mucho con mi hermano porque, para hacerme rabiar, me ha insistido en que me iba a comprar uno de esos artilugios y me lo pondría inmediatamente. Me he asustando tanto que se me ha encogido el estómago y he perdido el apetito. Mi mamá se ha preocupado por si estaba malita y –claro-al ver a qué se debía mi malestar, ha venido lo del enfado.

Mi mami, muy seria, le ha dicho a mi hermano que no debía hacer eso ni siquiera de broma y que recordase lo poco que le gustó ver y comprobar esa realidad.

No tenia ni idea de lo que eran estos cacharros hasta que hace unos días, mientras estaba jugando a la pelota con mi hermano, se acercó un perro ladrando y, cuando me disponía a plantarle cara, el chucho se calló de golpe, como si se hubiese quedado sin voz. Hizo otro par de intentos de acercarse ladrando pero volvía a detenerse en silencio.

Desde donde estaba, daba la impresión de que algo le había picado a ese perro grande. No sé, era todo muy raro.

Pedí  a mi hermano que me cogiese en brazos y me acercase a ver que le pasaba a ese perro. Al llegar a su lado vimos que llevaba un collar muy raro y su dueño explicó a mi hermano que era un collar de adiestramiento para educarle y que estaba muy contento con el resultado.

A Bolita le gusta ponerse su diadema amarilla. Está muy guapa

Yo sólo vi dolor, lagrimas, impotencia  y cierta humillación en los ojos de Piñón (así se llamaba el perro que no ladraba) De verdad, no encontré ninguna gracia en todo aquello.

No sé si sabéis de lo que estoy hablando pero lo que llevaba Piñón en su cuello era uno de esos collares que en su parte interior llevan unos dispositivos que emite descargas eléctricas sobre el perro cuando su dueño entiende que realiza una conducta que debe castigar, como podría ser ladrar

Me puse muy triste y no comprendía por qué le hacían eso a Piñón. Mi hermano quiso demostrarme que no le hacía daño. Tocó el collar y pidió al señor que le diese una descarga. Madre mía! Empezó a decir palabrotas y dijo que eso era torturar… Pocas veces hemos estado tan de acuerdo en algo, así, a la primera.

Al llegar a casa contamos a mi mami lo que habíamos visto. Nos dijo que a veces la gente hace cosas extrañas con la mejor intención y me sugirió que escribiese para contar lo que me parecía.

Bolita cuando tenía 6 meses

Me han dicho que no todos los collares de entrenamiento dan descargas y que algunos vibran o hacen zumbidos y sonidos desagradables y que tienen la finalidad de que los perros no ladren. ¿Y por qué no les enseñan esas cosas con cariño? Yo soy muy parlanchina y a veces mis hermanos se quejan de que no les dejo estudiar o escuchar la tele, pero no me dan descargas ni zumbidos. Me rascan un poquito la barriga y me callo.

Pues eso…no me gustan nada los collares de adiestramiento!!

Ahora soy una pequeña empresaria, porque he inaugurado una tienda en la que encontrarás todo lo que necesitas para tu perro y a los mejores precios del año, pero esos collares nunca se venderán en mi tienda.

 Yo voto para que nadie los use.

Ladribesos

Autor: Bolita

Hembra, feminista, solidaria, conciliadora, progresista y algo celosa. Opinadora de todo, incluso de mí

Un comentario en “El perro al que no dejan ladrar y su extraño collar”

  1. Toda la razón tienes Bolita !
    Hay otras formas. Por qué no dejar que cada cual se exprese a su manera ? Tu amiga Pitu ladra y mucho,de alegría ,de celos por no ser la primera saludada al llegar a casa,cuando quiere salir o comer,cuando alguien se acerca a nuestra puerta……. Y que !

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